El Tribunal Oral N° 1 encontró culpable a Gustavo Urbistondo (18) de dos violentos robos el año pasado: el primero a una mujer, a quien arrastró unos 20 metros para quitarle el teléfono, y el otro a un delivery que amenazó con matarlo si no le daba la moto.
Un joven de 18 años fue condenado a 6 años de prisión por haber asaltado a una mujer, a quien arrastró 20 metros para quitarle el celular, y a un delivery tras golpearlo y amenazarlo con un arma de fuego.
En un juicio abreviado realizado en el Tribunal Oral N° 1, el juez Facundo Gómez Urso avaló el acuerdo entre la fiscalía y la defensa para condenar a Gustavo Urbistondo a 6 años de prisión por los delitos de “robo simple en grado de tentativa, robo triplemente agravado por su comisión en poblado y en banda, por el uso de arma de fuego, violación de domicilio y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil”.
El primero de los hechos por los que fue condenado Urbistondo ocurrió el pasado 23 de julio a las 15.15, en De los Inmigrantes y Puán, cuando una mujer que caminaba por la zona fue interceptada por dos “motochorros”. Según pudo reconstruir la fiscalía, Urbistondo iba como acompañante en la moto, se bajó y sorprendió a la mujer, tomándola del hombro y exigiéndole la entrega del celular.
La víctima se resistió como pudo, forcejeó con Urbistondo y gritó para pedir ayuda, lo que ahuyentó al otro delincuente que se fue del lugar en la moto. Ante esta situación, Urbistondo tiró a la mujer al suelo y la arrastró unos 20 metros para quitarle el teléfono. Al no poder con su cometido, la golpeó en la cabeza con una botella.
Un hombre que se encontraba en un almacén a unos metros del lugar, escuchó el pedido de ayuda de la víctima y salió a la calle para socorrerla. El vecino vio a la mujer tirada en el suelo y a un joven que huía del lugar, a quien persiguió y alcanzó en Puán y Namuncurá.
El hombre redujo al ladrón y lo retuvo hasta la llegada de la policía, que lo identificó como Gustavo Urbistondo.
El siguiente robo ocurrió el 24 de septiembre a la medianoche. Un repartidor había terminado su jornada y volvía a su casa en su moto Imsa 125 cuando, al llegar a Camusso y Ortiz de Zárate fue interceptado por cuatro hombres.
El delivery, que había tenido que detener la marcha en esa esquina, visualizó la situación, entendió que esos hombres parados en la esquina lo iban a asaltar e intentó escapar, con la mala fortuna que el motor de su vehículo se apagó y en la desesperación no pudo volver a encenderlo.
Los cuatro hombres lo rodearon y le exigieron la moto. Urbistondo fue más allá, sacó un revólver y le apuntó. La víctima explicó que esa moto era su medio de trabajo, pero eso no conmovió al delincuente, que lo golpeó en la cabeza con el arma, le quitó el vehículo y amenazó con pegarle un tiro.
Los delincuentes huyeron pero Urbistondo se dirigió con la moto a tiro por Camusso hacia Vértiz y de allí a Peralta Ramos hasta que un patrullero lo cruzó a Urbistondo. Ante la sospecha de tratarse de una moto robada, la policía intentó detenerlo pero el ladrón tiró el vehículo y entró por la fuerza a una casa de Tripulantes del Fournier al 7700.
En esa casa se encontraba una mujer viendo televisión, que observó en cuestión de segundos una secuencia propia de la ficciones: un joven que irrumpía en la vivienda, sacaba un revólver, lo apoyaba en la mesa e inmediatamente un policía deteniéndolo a los empujones.
El policía llevó a Urbistondo y la moto robado hasta donde estaba su compañero con la víctima, quien reconoció sin dudar al joven que lo había golpeado y amenazado minutos antes.